domingo, 27 de febrero de 2011

Fuga del pantano

Siempre llega el momento en que el mareo, la distracción absoluta y la abstracción de la realidad son tanto enamoradizas etapas de descubrimiento y especialización de viajes internos, como también repetitivas y densamente atrapantes, por lo que la necesidad de escapar de esa realidad propia, interna o subconsciente, es imperativa. Pero eso nunca será un camino sencillo pues por mas que intentemos correr tan rápido como los vientos de cuyo o así también como una sombra teropoda que nos sigue hasta el infinito y al alcanzarnos nos reclama tanto amor como podría recibir, siempre se vuelve a caer y enredarce nuevamente con los cables de distintos alteradores, aquellos de conducta pues el resto solo son para los débiles así como ciertas flores que son ninguniadas al lado de las semillas o raíces. Aún así vuelto atrapar vuelto a esa intima realidad que gira la cabeza pero el cuerpo se estanca cual piedra arrojada al barro de la tormenta de anoche, siempre se puede volver a intentar escapar y quien sabe, quizás hoy tengamos suerte...